Hánsenos comunicado las siguientes cartas
"Señor Murguía: Soy aficionado a leer, y además gusto de comprar libros, cosa bastante rara en este país, que usted, con su acostumbrada malignidad, suele llamar Batuecas. Tenía, pues, una pequeña biblioteca, que me divertía no poco en mis ratos perdidos, y en la cual me miraba como en un espejoM; pero es el caso que tengo, por mi desgracia, más amigos que libros tenía. ¿Cómo se niega un libro a un amigo ? En una palbra, yo he prestado mis libros con la mejor voluntad del mundo; pero si va a decir verdad, con poco entendimiento; mis amigos, que no deben de tener mucha memoria y sí mucha adhesión a todas mis cosas, no me han devuelto mis libros. Hánseme enteras, y si alguno me las ha restituido después de largas súplicas al efecto y luengos plazos, halas traído llenas de aceite...
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